Consiste en inyectar en la dermis (justo por debajo de la piel) pequeñas cantidades de ciertos medicamentos homeopáticos de reconocida eficacia para:
Mejorar la oxigenación tisular.
Activar la circulación.
Alterar la permeabilidad de las paredes celulares de los adipositos y facilitar la liberación de su contenido graso.
Producir una combustión local de las grasas.
La inyección se realiza a lo largo de los trayectos venosos principales y en todas las áreas celulíticas, mediante agujas muy cortas y finas, montadas sobre jeringas convencionales o jeringas mecánicas, más o menos sofisticadas. Es un acto medico, que complementa los tratamientos clínicos habituales en cada caso, donde se administra el medicamento en pequeñas dosis.